¿Cómo se expresa la ciencia en relación al origen del coronavirus?
En muchas ocasiones, cuando un científico habla, suele generar una sensación de frialdad. Cuando respondemos una pregunta, puede surgir la pregunta, ¿está de acuerdo? ¿Está en contra? Y es que el científico se basa en datos y esto hace que la forma de expresarnos sea neutra, y a veces, puede dar lugar a equívocos. Me gustaría hablar sobre esto en el contexto de la discusión que lleva ya un tiempo sobre la mesa: el origen del coronavirus. ¿Qué dice la ciencia al respecto? ¿Se creó en Wuhan, China? ¿Salió de un laboratorio? ¿Surgió de forma natural? Veamos.
Formas objetivas de describir un hecho
La presencia de evidencias, de pruebas, nos lleva a decir que algo ocurre. Por ejemplo, la COVID-19 es debida a la infección por coronavirus SARS-CoV-2. Esta es una afirmación basada en la evidencia, ya que podemos detectar la presencia del virus en personas que desarrollan COVID. Otro ejemplo: la pandemia se originó en Wuhan, una ciudad de China. Se trata de otra afirmación basada en la evidencia. Los primeros casos se reportaron en esta ciudad, y por ello fue donde primero se confinaron territorios.
Veamos el caso en negativo. Por ejemplo, la tierra no es plana. Se trata de una negación basada en la evidencia, avalada por la visualización de nuestro planeta desde el espacio. Otro ejemplo: la hidroxicloroquina no protege de la COVID-19. Este ya es un caso más interesante, porque al principio de la pandemia se pensó que sí, pero los datos obtenidos en diversos estudios científicos han demostrado que esta droga no protege contra la COVID-19.
Hasta aquí, todo suena sencillo.
Cuando no hay evidencias, ¿cómo se expresa la ciencia?
En la sección anterior nos apoyábamos en la existencia de evidencias para justificar que un hecho fuese cierto o no. Sin embargo, cuando la ciencia carece de esas evidencias, no puede manifestarse en términos como “es debida”, “se originó”, “no es” o “no protege”, que son las expresiones que hemos utilizado en las frases anteriores. En estos casos, el científico indicará que no hay evidencias que apoyen esa afirmación… pero tampoco la contraria. Y es aquí donde a veces, surgen confusiones dependiendo de lo que “quiera” entender el oyente o “quiera” transmitir el emisor de la información. Veamos un ejemplo especialmente peliagudo.
Responder científicamente sin evidencias: ¿cuál es el origen del coronavirus?
No hace demasiado, un grupo de científicos fueron enviados a Wuhan, China, a intentar esclarecer el origen del coronavirus SARS-CoV-2. En esa ciudad hay un instituto de investigación especializado en este tipo de virus, y existe la sospecha de que la pandemia surgiera de estos laboratorios. Tras sus investigaciones, el grupo de trabajo emitió sus conclusiones: “no hay evidencias que apoyen que el coronavirus SARS-CoV-2 surgiera del laboratorio”. Y… ¿eso que significa? Pues significa exactamente eso, que no hay evidencias para decir que si, pero tampoco para decir que no. Y esto es importante entenderlo. El no decir no, en este contexto, no significa decir sí. Y a la vez, el no decir si, no significa decir no. El informe concluye que no hay evidencias suficientes para afirmarlo, pero tampoco para rechazarlo.
El ser humano, en general, funciona mejor con certezas que con incertidumbres y en ciencia, en muchas ocasiones, las conclusiones son incertidumbres. Y esto es algo a lo que la población en general y los medios de comunicación en particular no estamos acostumbrados. Es muy difícil encontrar un titular que diga “no está claro quién robó la corona”. Normalmente veremos “la policía está investigando” o “la investigación sigue abierta”, pero raramente veremos “no hay evidencias de que Manolo robara la corona”. Esto suena frío, y esto es lo que, como comentaba antes, pasa a menudo en ciencia.
Volviendo al origen del coronavirus, podríamos decir: ¿es una evidencia que haya un instituto de investigación de coronavirus en Wuhan, justo donde surgió la pandemia? No. Es muy frecuente que haya centros de investigación especializados en ciertas infecciones en zonas en las que suelen darse. Pasa con el coronavirus en China, como con centros especializados en enfermedades tropicales en Brasil ¿Salió el coronavirus de ese laboratorio? No hay evidencias que lo demuestren, de manera que no podemos concluirlo. Pensemos, además, que de un laboratorio se podrían sacar patógenos adrede, podrían escaparse accidentalmente, por ejemplo, por la ventilación, o podrían salir tras haber infectado a un trabajador. Pero de nada de esto tenemos pruebas ni datos científicos, con lo que la conclusión es… no tenemos evidencias.
Fuente: Nature
Autor: Dr. CArlos del Fresno Sánchez; @arlosdel