Gonorrea. De entrada, suena ya feo. Pero los feos también tenemos derecho a que nos presten atención, ¿no? Algo así está ocurriendo con la infección causada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae, causante de la gonorrea. El pasado junio, la compañía GSK consiguió autorización del ministerio de salud estadounidense (FDA) para lanzar un ensayo clínico donde probarán la eficacia y seguridad de su nueva vacuna frente a esta infección. De modo que parece que tendremos una vacuna frente a la gonorrea.
¿Cuán frecuente y qué síntomas tiene esta infección?
La infección por N. gonorrhoeae es la segunda infección de transmisión sexual más común con alrededor de 82 millones de casos en todo el mundo cada año. ¿Sorprendidos? Los síntomas más frecuentes de esta infección son lesiones purulentas en zonas genitales, que con el debido tratamiento no van a más. Sin embargo, de no tratarse, pueden dar lugar a infertilidad, enfermedad inflamatoria pélvica o conjuntivitis. Estos casos de conjuntivitis se dan por transmisión de madre infectada a recién nacido, o por intercambio de fluidos corporales.
El tratamiento son antibióticos. Sin embargo, este tratamiento se encuentra con el problema de la alta tasa de resistencias que presenta esta bacteria. La organización mundial de la salud estima que el 60% de estas bacterias son resistentes a algún antibiótico. Incluso ocasionalmente, aparecen algunas de estas bacterias “superresistentes”, las cuales no pueden eliminarse prácticamente con ningún antibiótico.
Si el tratamiento a veces no funciona… ¿qué tal una vacuna?
Esta es una pregunta muy pertinente, pero nos encontramos con varios problemas para responderla afirmativamente. Por un lado, cuando se aíslan las bacterias para generar una vacuna, aunque todas son N. gonorrhoeae, tienen muchas proteínas diferentes. Si pensamos en las vacunas frente a la COVID-19, prácticamente todas se generaron frente a la proteína S. Esto se debe a que está muy conservada entre distintas cepas del coronavirus. Pero este no es el caso con la bacteria N. gonorrhoeae, así que esto dificulta tener una vacuna.
Además, no hay buenos modelos animales en los que probar las vacunas. Esto nos debería hacer pensar, porque, sin un buen modelo animal, generar una vacuna para humanos se complica. ¿Y qué es un buen modelo animal? Uno que se pueda infectar con la bacteria y que responda de modo parecido a como lo hacemos los humanos. Actualmente carecemos de un modelo así para la infección por gonorrea.
Y finalmente, la respuesta inmunitaria que genera la infección es muy baja. Y contra esto… es difícil luchar con una vacuna. Aún así, como os comento, tenemos ahora mismo una vacuna que se está probando, y que esperemos de buenos resultados. Si conseguimos protegernos frente a la segunda infección de transmisión sexual más frecuente en el mundo… eso es mucho decir.
Autor: CArlos del Fresno, @arlosdel