Os confieso una cosa. Simplemente el escribirlo, me remueve algo. No hace demasiado, pensar en una vacuna contra el cáncer era algo utópico, ciencia ficción. Pero ahora, en una de esas carambolas de la ciencia, vemos una consecuencia positiva de la COVID-19. El mismo tipo de vacunas que se probaron para frenar la pandemia, las “vacunas de ARN”, se han empezado a probar en ensayos clínicos en pacientes con cáncer. De modo que si, estamos probando una vacuna contra el cáncer. Veamos más detalles.
Cáncer de pulmón
En alguna que otra ocasión ya he escrito intentando aclarar que cuando hablamos de “cáncer”, nos referimos a un término muy genérico. Demasiado genérico. El cáncer en general puede definirse como el crecimiento descontrolado de células. Pero para cada órgano, y no sólo eso, para distintas zonas dentro de un mismo órgano, el cáncer significa una cosa relativamente distinta. Y por ello, los tratamientos a aplicar son diferentes.
En este caso, la vacuna contra el cáncer se ha empezado a probar en pacientes con cáncer de pulmón. Se trata del más mortal del mundo, con más de 20.000 fallecimientos por esta causa en España en 2023. Esta ha sido, sin duda, una de las razones que ha llevado a lanzar este ensayo en este tipo de pulmón.
Este tipo de cáncer es uno de los que actualmente, ya se trata con inmunoterapia. Este ensayo clínico que os presenta combina esta inmunoterapia con la nueva vacuna contra el cáncer. La idea es que la vacuna ayude a las defensas del paciente a luchar frente a las células malignas, empujando el efecto de la inmunoterapia. Pero ¿cómo funciona esta nueva vacuna?
Vacuna contra el cáncer de ARN… como “la de Pfizer”
Esta nueva vacuna se llama BNT116. Fijaros que la vacuna de ARN de Pfizer se llamaba BNT162b2. Más allá de los números, el “BNT” es una declaración de intenciones. En el caso de la vacuna frente a la COVID-19, esa vacuna expresaba una proteína del virus, de modo que nuestro sistema inmunológico podía reconocerla como extraña cuando se encontrara con la infección y eliminarla.
Ese es el mismo principio que aplica en el caso de la vacuna contra el cáncer. En este caso, la vacuna expresa seis proteínas que la continua investigación en este tipo de tumor ha demostrado que se expresan de forma específica en las células tumorales. De modo que si todo funciona como esperan los investigadores, las células del paciente reconocerán las células tumorales como extrañas, y las atacarán. Además, este ataque estará “apoyado” por la inmunoterapia. Esperemos que este cuento acabe con final feliz.
Además, un mensaje profundo
Lo he comentado antes de pasada, pero no deberíamos obviar que el éxito de estas vacunas en la COVID-19 ha hecho que ahora, se estén probando en pacientes con cáncer. Como tampoco deberíamos obviar que ese tipo de vacunas de ARN se llevaban estudiando más de 25 años antes de la pandemia. Pero hizo falta una catástrofe para acelerar su desarrollo … hasta llegar a ser un premio Nobel.
¿Qué quiero decir? Que el conocimiento SIEMPRE abre puertas. A lo mejor no lo vemos en este momento, pero queda ahí, y basta que surja la necesidad para poder aprovecharlo. Pensad qué puede llegar a pensar uno de estos pacientes al recibir su tratamiento, cuando sea consciente de que en gran parte, gracias a la COVID-19, está recibiendo un tratamiento que, ojalá, le salve la vida.
Autor: CArlos del Fresno, @arlosdel