Seguro que os suena el concepto de “resistencia a antibióticos”. Se trata de un concepto que, en mi opinión, cada vez la sociedad tiene más a mano. Poco a poco va calando la idea de que “no es bueno tomar antibióticos a lo loco”. Por una parte, esto aplicaría a casi cualquier medicamento, además de los antibióticos. No deberíamos olvidar que cualquier medicamento es una droga y que, como tal, tiene sus efectos adversos. Si bien, los medicamentos, son como tal porque el beneficio que aportan supera el riesgo. No seré yo quien se ponga en contra de la administración de medicamentos, fruto de la investigación biomédica. Pero sí es verdad que deberíamos ser conscientes de la necesidad de su uso adecuado. En concreto los antibióticos, para evitar la ya mencionada resistencia. Así evitaremos enfrentarnos a cosas como la supergonorrea. Pero ¿qué es y por qué se genera la resistencia antibióticos?
Empecemos por el principio, ¿qué es una bacteria?
Las bacterias son organismos unicelulares, es decir, que todo su cuerpo es una única célula. En general, son capaces de reproducirse muy rápidamente, hasta el punto de que algunas de las que usamos en el laboratorio, se duplican en 20 minutos. Y no necesitan un “macho y una hembra” para dividirse. Simplemente, se duplican. De modo que, si tenemos una bacteria, que en 20 minutos dará, dos, esas dos darán 4 en 40 minutos y esas 4, resultarán en 8 en una hora. Y así sucesivamente. Además, son mucho más pequeñas que nuestras propias células.
Se calcula que del total de células que componen el cuerpo humano, el 90% son bacterias. Si, no me he equivocado en un cero, el 90%. En nuestra piel, boca y especialmente intestino, habitan una ingente cantidad de bacterias en perfecta armonía con nuestras propias células humanas. Sin embargo, basta con que aparezca alguna bacteria patógena para necesitar luchar contra ella y eliminarla de nuestro organismo. Y para eso usamos los antibióticos, drogas que atacan a las bacterias.
Resistencia a antibióticos, la supergonorrea como ejemplo
Existen una grandísima variedad de bacterias y disponemos de diferentes antibióticos que afectan a bacterias concretas. La necesidad de utilizar antibióticos concretos frente a la bacteria que nos infecta es para asegurar que logramos eliminar a todas las que nos están infectando. Y todas, significa todas. Y es que, si quedan, digamos, 10 bacterias después de un tratamiento con antibiótico, es muy probable que si esas 10 vuelven a crecer, sean resistentes a ese tratamiento. Se habrán hecho resistentes, porque han conocido previamente al antibiótico y han aprendido (mediante mutaciones, es decir, cambios en su material genético) a que no les dañe. Y aquí empieza el problema.
Para eliminar a esa bacteria, necesitaremos utilizar un antibiótico diferente. Pero ya hemos dicho que no todos los antibióticos sirven para todas las bacterias, de modo que tendremos que utilizar un antibiótico diferente… de entre los que afecten a nuestra infección. Recientemente, este hecho ha llevado a detectar a una bacteria, la causante de la gonorrea, resistente a hasta cinco antibióticos diferentes, lo que la hace una “supergonorrea” o gonorrea multirresistente.
Y es que nos encontramos en un escenario en el que el número de infecciones de transmisión sexual está aumentando de forma muy alarmante. Si a esto, le sumamos un mal uso de los antibióticos, nos lleva a enfrentarnos a situaciones de alto riesgo por contagio con este tipo de infecciones, cuyo tratamiento puede ser muy difícil.
¿Qué hacemos?
Por un lado, evitar en lo posible este tipo de contagios. Para ello, la herramienta más efectiva de la que disponemos es la prevención en forma de preservativo. No es eficaz al 100% frente a este tipo de infecciones, ya que el contacto con la piel puede ser suficiente para transmitirse. Pero sin duda, protege de manera eficaz.
Por el otro lado, seguir a rajatabla las pautas de los tratamientos antibióticos. Si nos indican 10 días de tratamiento, hacemos 10 días de tratamiento. Si a los 5 días ya nos encontramos bien, o la herida ya se ha ido, no “nos hemos curado ya”. Tenemos que estar seguros de que el antibiótico elimina a todas las bacterias causantes de nuestra infección.
Hablar de una supergonorrea, puede sonar hasta gracioso. Pero es un problema de salud pública de primer nivel. Pongamos de nuestra parte para frenar su expansión.
Autor: CArlos del Fresno, @arlosdel