Recientemente el CDC ha alertado en un informe sobre el incremento de casos de sífilis ocular que desde finales de 2014 se está registrando en la Costa Oeste estadounidense. Si el paciente no es tratado, los síntomas pueden progresar hacía la pérdida de visión o incluso ceguera permanente.
La sífilis ocular fue descrita por primera vez en 1918 como una manifestación infrecuente de la sífilis, pero con el aumento progresivo del número de casos de sífilis su diagnóstico también se ha incrementado. Actualmente, la sífilis ocular aparece más frecuentemente como una complicación de las etapas tempranas de la sífilis, tanto en la fase de sífilis primaria como secundaria. También puede ser una manifestación clínica de neurosífilis aunque en este caso provocada por una afección del sistema nervioso. La mayoría de casos documentados, tanto en los Estados Unidos como en España, se corresponden con hombres que tienen sexo con hombres (HSH) y que además están infectados por virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Sin embargo, la sífilis ocular también puede afectar personas no infectadas por el VIH, mujeres y hombres heterosexuales.
Los daños pueden producirse en casi cualquier estructura ocular, siendo la uveítis la principal manifestación de la enfermedad. Otros síntomas pueden ser neuropatía óptica, vasculitis de retina y queratitis intersticial. Sin embargo, los síntomas iniciales, que incluyen “moscas flotantes” (miodesopsias), “destellos de luz” (fotopsia), visión borrosa y dolor ocular, no son característicos únicamente de esta infección y pueden vincularse a otro tipo de enfermedades oculares lo que dificulta el diagnóstico de esta enfermedad. Es por ello que las autoridades sanitarias han facilitado a los médicos protocolos de diagnóstico y tratamiento para pacientes que presenten los síntomas descritos para la sífilis ocular. Para curar la infección en la mayoría de casos basta con una única dosis de penicilina por vía intravenosa.
Dado el incremento de los casos de sífilis, las autoridades de salud pública han emitido las siguientes recomendaciones:
- Usar el preservativo y limitar el número de parejas sexuales.
- Informarse, para saber reconocer los primeros síntomas de la sífilis y otras enfermedades de transmisión sexual (ETSs).
- Hacerse pruebas diagnósticas al experimentar el menor síntoma, especialmente si afecta a la visión, para así poder recibir un tratamiento temprano que evite futuras complicaciones.
- Realizarse tests para ETSs al menos una vez al año, especialmente de sífilis y VIH, si se participa en prácticas de riesgo.
- Hacerse pruebas cada 3 meses si:
– Ha tenido 10 ó más parejas sexuales.
– Ha tenido sexo anal sin preservativo con una persona VIH positiva o cuyo estado desconoce.
– Ha consumido drogas, como metanfetaminas o poppers.
– Está infectado por gonorrea o clamidia.
Cabe la posibilidad de que sean determinadas cepas de Treponema pallidum, la bacteria que provoca la sífilis, las que tengan mayor probabilidad de causar esta afección, aunque hay informes previos que apuntan en esta dirección, es un tema que todavía necesita ser investigado más profundamente.
Fuentes: CDC, Actas Dermosifiliográficas
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Pablo Martínez Valera (estudiante del Máster en Biotecnología de la Universidad Autónoma de Madrid con Beca de prácticas Santander CRUE-CEPYME) supervisado por el Dr. Enrique Álvarez Gómez.