Una de las formas más comunes de transmisión del VIH es la actividad sexual. Existen ciertos factores que pueden influir en un mayor riesgo de transmisión del virus. Un ejemplo, es la presencia de otra infección de transmisión sexual como la sífilis o la gonorrea. Actualmente, se está estudiando la relevancia de la flora bacteriana de cada persona (microbionta) en el desarrollo de diferentes enfermedades. En este sentido, en un nuevo estudio científico se ha descubierto que ciertos tipos de bacterias vaginales podrían aumentar la susceptibilidad de la mujer al VIH transmitido durante las relaciones sexuales.
El VIH se transmite habitualmente por vía sexual y por el intercambio de agujas en personas drogodependientes. Una persona puede contraer el VIH a través del contacto con la sangre, el semen, el líquido pre-seminal o los líquidos rectales y vaginales de los individuos infectados. En África, donde hay una mayor prevalencia del VIH, se ha observado que las mujeres tienen un riesgo ocho veces más alto de contraer el virus por vía sexual. Este hecho sugiere que puede haber factores específicos del tracto vaginal que influyen en la adquisición del VIH durante el sexo.
En este sentido, en una reciente investigación llevada a cabo en el Instituto Ragon del Hospital General de Massachusetts, el Instituto de Tecnología de Massachusetts y la Escuela de Medicina de Harvard y publicada en la revista Immunity, se ha descubierto que las bacterias vaginales pueden jugar un papel en la adquisición del VIH. Esto no es algo completamente nuevo ya que en 2013 se encontró que las mujeres con deficiencia en Lactobacillus vaginal eran más susceptibles al VIH.
En el estudio, los investigadores analizaron los datos de 236 mujeres sanas de ente 18 y 32 años de edad de la provincia de KwaZulu-Natal de Durban en Sudáfrica. Esta es una de las zonas con mayor prevalencia de VIH en el país. Al inicio del estudio, todas las mujeres estaban libres de VIH. Se recogieron muestras vaginales de cada una de las mujeres y se analizó su microbiota, es decir las poblaciones de bacterias y virus.
Durante el periodo de seguimiento del estudio, 31 de las mujeres contrajeron el VIH. Se encontró que aquellas mujeres con altos niveles de bacterias proinflamatorias de los géneros Prevotella y Sneathia y bajos niveles de Lactobacillus tenían cuatro veces más probabilidades de contraer el VIH en comparación con mujeres que tenían una flora bacteriana “normal”.
La explicación parece ser la siguiente: la presencia de bacterias proinflamatorias produce un mayor reclutamiento de células T CD4, que son el principal objetivo del VIH. De hecho, las mujeres con estas floras bacterianas anormales también tenían altos niveles de células CD4. Por otro lado, al introducir estas especies bacterianas proinflamatorias en el tracto genital de ratones hembra, libres de gérmenes, se observó un aumento en las células T CD4 de la mucosa vaginal.
Sin embargo, la razón de la diferencia en las floras bacterianas vaginales entre las mujeres participantes en el estudio no está clara ya que no se encontraron factores ambientales o individuales que lo pudieran explicar. No obstante, en el artículo se sugiere que la genética de cada persona puede influir en las especies bacterianas que residen en la vagina. Esto explicaría porque algunas mujeres tienen niveles naturalmente bajos de Lactobacillus y niveles elevados de bacterias proinflamatorias.
Aunque todavía es pronto y serán necesarias más investigaciones, los autores del trabajo proponen que esto podría ser la base de una nueva estrategia que podría reducir el riesgo de las mujeres al VIH. Se basaría en aumentar los niveles de Lactobacillus y reducir los niveles de bacterias potencialmente dañinas que se podría lograr con el uso de probióticos.
Fuente: Lactobacillus-Deficient Cervicovaginal Bacterial Communities Are Associated with Increased HIV Acquisition in Young South African Women. Immunity, 2017.