Al llevar mucho tiempo trabajando en el ámbito de las infecciones de transmisión sexual, te das cuenta de que hay dogmas muy difíciles de discutir. Dogmas que no siempre son ciertos. La pandemia del COVID-19, tiró varios de esos dogmas. “Una vacuna tarda en torno a 10 años en llegar al mercado”. Dogma tirado. En este sentido, el COVID ha hecho que la población general sepa lo que es una PCR. Pero eso no siempre ha sido así. Recuerdo cuando al empezar el laboratorio del que soy cofundador, empezamos a recibir pacientes a los que les decíamos que no tenían que esperar entre tres y seis meses para hacerse una prueba de VIH. Eso era lo que les decían en la mayoría de los laboratorios y clínicas. Nosotros sabíamos que, con una PCR, teníamos que esperar mucho menos. Pues bien, el COVID también ha hecho que aparezcan muchos laboratorios que ofrecen pruebas a precios muy baratos. Pero es importante que pensemos que, también la relación precio y calidad en las pruebas diagnósticas es importante. Voy a intentar mostraros un ejemplo.
Sensibilidad de una prueba
¿Qué significa la sensibilidad de una prueba? Significa cómo de sensible es esa prueba. Parece obvio, pero lo que quiere decir es que, de aquello que mida esa prueba, cuánta es la menor cantidad que es capaz de detectar. Si nos referimos a un virus, la sensibilidad de la prueba de detección de ese virus será la mínima cantidad de virus que es capaz de detectar. Esto es un dato muy importante, porque todas las pruebas tienen un límite de sensibilidad.
Cuando nos dan un resultado “negativo”, siempre interpretamos que no tenemos virus. Y eso es cierto, pero con un matiz. Negativo significa que no se detecta el virus… hasta el límite de sensibilidad de la prueba. Por ejemplo, si ese límite son dos virus, el resultado negativo es que no tienes dos virus… pero podrías tener uno. Y esto pasa en todas las pruebas de laboratorio. En TODAS.
La buena noticia es que la prueba de PCR es muy sensible. Lo que quiere decir que es capaz de detectar muy pocos virus, realmente muy pocos. De modo que cuando tenemos un resultado negativo, virtualmente significa que no estamos infectados. Y por eso la PCR es una prueba cara, o al menos, no barata. Es el precio a pagar. Pero hay formas de hacer a la prueba de PCR mas barata… a costa de hacerla menos sensible.
Peor sensibilidad, más barato.
Las pruebas de PCR tienen un protocolo muy estricto. Se usan siempre unas cantidades exactas y precisas de reactivos para analizar una muestra. Con eso se logra que la prueba sea muy sensible. Pero hay formas tramposas de hacerlas más baratas. Por ejemplo. Si en una misma PCR meto las muestras de dos pacientes, el coste puede ser la mitad. Parece obvio, ¿no? Si el resultado es negativo, será negativo para los dos pacientes. En el caso de que sea positivo, tendré que hacer después las pruebas individuales para saber cuál era positivo. Si bien, la experiencia en el laboratorio nos dice que la mayoría de los casos, las pruebas son negativas.
Llevándolo al extremo, si meto las muestras de diez pacientes en una PCR y me sale negativo, puedo vender la prueba diez veces más barata. ¿A cambio de qué? De que la prueba sea diez veces menos sensible. En estos casos, y siguiendo el ejemplo anterior, un resultado negativo no será entonces “tengo menos de dos virus”, sino tengo menos de veinte virus. Dos por diez muestras que hay en la misma reacción.
Este es un ejemplo tramposo. Pero una realidad es que pruebas más baratas, están hechas en ocasiones con reactivos de menor calidad, que al final, supone que la sensibilidad de las pruebas sea peor.
Importancia de la relación calidad/precio en las pruebas diagnósticas
El mensaje es que también en las pruebas de laboratorio, al igual que casi todo en el mercado, la relación calidad/precio es importante. Pero no olvidemos que en este caso la calidad incide en nuestra salud y puede que en la de los que nos rodean. Un resultado negativo “barato” en una prueba de infección de transmisión sexual, puede significar un mayor riesgo de diseminar esa infección debido a una sensibilidad baja.
Sé que es un mensaje duro, pero no por ello debemos dejar de tenerlo en cuenta. También en pruebas diagnósticas, en muchas ocasiones, lo barato… es caro.
Autor: CArlos del Fresno, @arlosdel