Cerca de un 20% de los infectados por el VIH desconocen que lo están. Esto deriva en un diagnóstico tardío de la infección que por un lado influirá negativamente en su estado de salud y la efectividad del tratamiento. Por otro lado, supone un riesgo para otras personas ya al desconocer su estado de infectados pueden transmitir el virus en sus conductas de riesgo.
Para fomentar el diagnóstico precoz de VIH, el Consejo de Ministros aprobó el pasado diciembre un Real Decreto que modifica la legislación de productos sanitarios para diagnóstico in vitro. Esta modificación hace referencia a las pruebas de VIH diseñadas para el autodiagnóstico (llamados también autotests de VIH) y permite su venta en farmacias sin necesidad de prescripción médica.
Estos dispositivos son similares a las pruebas de embarazo y funcionan con muestras de sangre o saliva recogidas por el mismo usuario que realiza e interpreta el resultado de la prueba en alrededor de 20 minutos. La fiabilidad de estas pruebas está cercana al 100% aunque al igual que para otros tipos de pruebas, los test de autodiagnóstico de VIH tienen unos periodos ventana que se deben tener en cuenta. Esto implica que las pruebas no se pueden hacer nada más tener una conducta de riesgo, ya que los resultados pueden no ser fiables. Destacar que el tiempo que es necesario esperar varía dependiendo de la tecnología utilizada en los diferentes dispositivos. Es más, aun utilizando el mismo principio de detección, el periodo ventana puede diferir de unos fabricantes a otros.
El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad ha elaborado guías para responder las posibles preguntas y dudas de los usuarios sobre las pruebas de autodiagnóstico y las pruebas rápidas de detección de VIH. Básicamente, estos dispositivos son de dos tipos: 1) pruebas de tercera generación, que detectan anticuerpos generados por el organismo en respuesta a la infección; y 2) pruebas de cuarta generación, que aúnan la detección de anticuerpos y de antígeno p24 del virus. En ambas pruebas, el resultado negativo es concluyente si se obtiene una vez transcurridos tres meses desde la última práctica de riesgo. Remarcar que en las pruebas rápidas de tercera y cuarta generación un positivo requiere una confirmación con una prueba más específica realizada en un laboratorio.
Sin duda, las pruebas de autodiagnóstico de VIH ayudarán a hacer, si cabe, más accesible la prueba de VIH, especialmente a aquellas personas que no pueden o no quieren acudir a los centros especializados. No obstante, cuando se quiere reducir el periodo ventana es necesario realizar pruebas de laboratorio. Por ejemplo, las pruebas de detección de anticuerpos y antígeno p24 a partir de muestras de sangre realizadas en laboratorio mediante la técnica de ELISA, permiten que un resultado negativo sea concluyente a partir de las 6 semanas desde la última práctica de riesgo. Además, algunos laboratorios como el nuestro cuentan con técnicas de detección directa del virus por PCR que permiten determinar infecciones recientes antes de que se produzcan anticuerpos a niveles detectables.