En una reciente investigación se ha concluido que, tanto mejorar la detección precoz de VIH como recibir atención sanitaria adecuada por aquellos que ya están diagnosticados, son tan importantes para reducir el número transmisiones de VIH que se producen cada año (se estima que en los EE.UU. esta cifra llega hasta los 45000 nuevos casos) como el evitar otros factores de riesgo tales como determinados comportamientos sexuales y el consumo de drogas.
En este estudio realizado por el investigador Thomas Giordano y publicado en la revista JAMA Internal Medicine se concluye que mejorar la asistencia sanitaria, especialmente en el diagnóstico de personas infectadas por el VIH que todavía no lo saben y en el tratamiento de los ya diagnosticados con antirretrovirales, reduciría sustancialmente la transmisión del VIH en los Estados Unidos.
Para este estudio se utilizó información almacenada en las bases de datos del sistema nacional de salud en las cuales según estimaciones, en 2009, había alrededor de 1,1 millones de personas infectadas por VIH en EE.UU. De ellos el 18,1% no sabían que tenían VIH, el 49,3% estaba diagnosticado pero no recibía tratamiento antirretroviral y el 7,2% recibía tratamiento pero sin conseguir reducir la carga viral en sangre. Solo el 25,3% del total de gente que vivía con VIH en 2009 estaba en tratamiento y tenía una carga viral indetectable cuando esta se analiza mediante PCR cuantitativa.
Teniendo en cuenta estos datos, en este trabajo llegaron a la conclusión de que las personas que viven con el VIH, que tienen una buena adherencia al tratamiento y que han logrado la supresión viral tienen un 94% menos de probabilidades de transmitir el VIH que las personas portadoras de VIH pero no diagnosticadas. Además, se observa que, desafortunadamente, son pocas personas las personas en las cuales se lograron niveles indetectables de VIH en sangre. Por ello, los autores sugieren que son necesarias mejoras en cada una de las fases del proceso para reducir la transmisión del VIH es decir en: el diagnóstico de la infección, acudir a la atención sanitaria, recibir el tratamiento antirretroviral y que este sea efectivo en la reducción de la carga viral. Sugieren que estos objetivos se podrían conseguir si existiera una mayor coordinación entre los propios individuos, los laboratorios de diagnóstico especializados en VIH, los centros de salud y agencias gubernamentales.
Otro resultado interesante que se desprende de este estudio fue que los individuos con VIH diagnosticados pero que no mantienen un tratamiento para esta enfermedad, tienen un 19% menos de probabilidades de transmitir el VIH que los no diagnosticados. Además, atendiendo a una estratificación por sexo, edad y grupo de adquisición, determinaron que los grupos con mayor riesgo son hombres, de 35 a 44 años que tienen sexo con otros hombres.
La conclusión principal que se puede sacar de este estudio es que en cada fase del proceso diagnostico-assitencial, desde el diagnóstico precoz hasta la supresión de la carga viral mediante un tratamiento antirretroviral efectivo, hay un número de personas infectadas por VIH que “abandonan”. El reto es por tanto actuar en cada uno de los pasos para que así el mayor número de personas que viven con VIH tengan unos niveles indetectables del virus lo que ayudará a reducir significativamente la transmisión del virus.
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Fuente: JAMA Intern Med