Actualmente, se pueden encontrar en el mercado diversos tests “rápidos” de detección de VIH, pudiéndolos adquirir incluso por Internet. Considerando la trascendencia de la prueba que se va a realizar con este tipo de tests, creemos que es fundamental conocer la seguridad de sus resultados.
Existen diversos tests rápidos aprobados por la FDA, el organismo regulador en los EE.UU. de todos los métodos diagnósticos y medicamentos en este país, y que representa el estándar de calidad de referencia a nivel mundial (www.fda.gov). Estas pruebas autorizadas, tienen su base generalmente en el mismo fundamento en que se basa la técnica de ELISA (detección de anticuerpos contra el virus). Muchos de estos tests tienen su correspondiente marcado CE que permite su utilización como método de detección en países de Europa. Las pruebas rápidas autorizadas tienen unos excelentes valores de sensibilidad y especificidad analíticas cuando se realizan respetando el periodo ventana, es decir el tiempo que es necesario que transcurra desde que se produce la exposición al virus y la realización de la prueba.
Con algunos tipos de estas pruebas rápidas se detecta la respuesta de nuestro organismo frente a la infección (producción de anticuerpos). En general, sen necesitan al menos 3 meses desde que se dio la posible infección para que el resultado tenga una elevada fiabilidad. No obstante, si la práctica de riesgo tuvo lugar hace menos de tres meses estos tests rápidos pueden empezar a aportar algo de información sobre una posible infección aunque el resultado se debe tomar siempre con ciertas reservas. En este sentido, los test rápidos de VIH de cuarta generación que incluyen la detección de antígeno p24 de VIH1 tienen un periodo ventana inferior a los de los test de solo anticuerpos.
La única técnica que acorta el periodo ventana a 7 DÍAS, es la PCR. Esta técnica, detecta la presencia del virus, en lugar de la respuesta de nuestro organismo, y de ahí que una semana después del contacto de riesgo, se pueda detectar el virus.
Con respecto a los test “rápidos”, si leemos con detenimiento y al detalle los prospectos de todos ellos, ya sea impreso u online, siempre se puede leer: “Es imperativo que un resultado positivo sea confirmado por un método más sensible como el Western Blot, ELISA o PCR, realizado por un técnico especializado”. Además, este tipo de pruebas no está nunca indicada para la detección del VIH en donaciones de sangre, recurriendo siempre en estos casos a la PCR y al ELISA convencional. De modo que se trata de detecciones que proporcionan resultados “provisionales”, que en caso de ser positivos, deben siempre validarse.
Además, en todas ellas se advierte que estos test deben ser realizados por técnicos especializados y no médicos. Es importante destacar que las pruebas diagnósticas se realizan en laboratorios especializados, y no en las consultas médicas.
El riesgo en este tipo de tests, es la existencia de una gran cantidad de ellos comercializados sin control y que NO están autorizados. Es posible conocer los test que están aprobados por la FDA a través de un listado completo proporcionado por esta agencia.
De modo que hay que tener especial cuidado con los test rápidos de detección de VIH, ya que es muy probable, en el caso de aquellos sin autorización, que sus resultados no estén avalados por los estudios y estándares de calidad necesarios.
Por lo tanto como respuesta a la pregunta de sin son seguros los test rápidos de VIH, la respuesta es SI siempre que se realizan en lugares que cumplen los requerimientos necesarios para que su resultado sea fiable.