Publicamos el primer artículo científico con el equipo de Empireo
Desde la llegada de las vacunas contra la COVID-19, y la vuelta a una cierta normalidad, parece que no nos acordemos de aquellos momentos terribles de confinamiento del año pasado. Durante ese periodo estuvimos trabajando para lograr publicar nuestro primer artículo científico propio.
Durante esa etapa, en la que apenas éramos capaces realmente de saber qué estaba pasando, sólo tres tipos de personas estaban autorizadas a realizarse pruebas de anticuerpos: personas con síntomas compatibles con COVID-19, personas con contacto estrecho con personas en las que se confirmara que se habían infectado con el coronavirus SARS-CoV-2 y personal cuyo trabajo se declaró esencial. Esos trabajos esenciales incluían a sanitarios, bomberos y policía. También a los científicos que estábamos desarrollando estudios en COVID-19 se nos declaró esenciales, como fue mi caso.
Estudio de la incidencia en población durante el confinamiento
Durante el confinamiento, decidimos estudiar el grado de incidencia entre las personas autorizadas a moverse y, por tanto, a realizarse las pruebas de detección de anticuerpos contra el coronavirus SARS-CoV-2. Para ello, solicitamos la colaboración de aquellas personas que acudían a las instalaciones de Empireo Diagnóstico Molecular a que participaran.
Los resultados del estudio se han publicado finalmente en la revista Scientific Reports. Analizamos el grado de positividad de las personas declaradas esenciales y lo comparamos con la incidencia proporcionada por el ISCIII en un estudio realizado a población general en España.
Resultados de este primer estudio científico.
Las principales conclusiones de nuestro trabajo han sido:
- La incidencia en población declarada esencial fue aproximadamente el doble que en población general. Es decir, aquellos que estuvimos trabajando durante el confinamiento, al menos, en la comunidad de Madrid, teníamos el doble de riesgo a infectarnos con el coronavirus que las personas en confinamiento estricto.
Esto tiene una interpretación positiva: el confinamiento funcionó.
- No encontramos diferencias entre los distintos tipos de personal esencial. Es decir, el riesgo de infectarse fue igual para personal sanitario, bomberos, policías, o, por ejemplo, científicos.
De aquí, deberíamos aprender una lección. Hay que dotar de medios a todo aquel que se exponga. Por supuesto que a los sanitarios, faltaría más, pero también a cualquier otro trabajador expuesto.
- La pérdida de gusto y/o olfato fue el mejor síntoma para diagnosticar la infección por el coronavirus SARS-CoV-2 entre todos los demás (picores en la piel, fiebre, alteraciones gastrointestinales, tos, dolor muscular…).
Esto formaba parte del “boca a boca” popular, pero nuestros datos los ratifican de manera científica.
- Finalmente, el dolor de garganta era el factor de mayor confusión en el diagnóstico de la infección.
Es decir, nuestros datos indican que cuanta más gente indicaba que le dolía la garganta, menos habían sido infectados. O, dicho de otra manera, el dolor de garganta no se asociaba con la infección. Esto es curioso, ya que puede ser que “pensáramos” que nos dolía la garganta, o puede que durante esos momentos, otra infección que causara dolor de garganta estuviera actuando (un catarro, por ejemplo).
Primera publicación, trabajo en equipo y ejemplo
Este trabajo ha sido el primero que he firmado como investigador independiente, lo cual me hace muy feliz y sentirme muy orgulloso. Especialmente por la forma en que lo hemos logrado.
El equipo de Empireo Diagnóstico Molecular hizo un trabajo enorme, fuera de sus obligaciones en el laboratorio, con toda la vocación y dedicación que siempre pone en todo lo que hace. Gracias equipo.
Hay que agradecer la colaboración de los participantes. Sin ellos, no habríamos podido contribuir al conocimiento de la infección por el coronavirus SARS-CoV-2. Siempre aceptáis participar en estos estudios. Quiero pensar que es porque creéis en el valor de la ciencia. Gracias.
Y este trabajo es un ejemplo de la colaboración entre una empresa privada y una institución de investigación pública. A veces pensamos que los primeros sólo piensan en el dinero y los segundos en ellos mismos. Este trabajo es un ejemplo de que cuando se quiere, este tipo de colaboración funciona.
Porque al final, lo importante en nuestro caso, es la ciencia y su aplicación a todos.
Fuente: Scientific Reports
Autor: Dr. CArlos del Fresno Sánchez; @arlosdel