El final o principio de año suele ser una época en la que aparecen resúmenes y estadísticas que intentan explicar comportamientos ocurridos en el año anterior. Este es el caso también de las estadísticas sobre una de las infecciones de transmisión sexual “estrella”, si me permitís la expresión: El VIH. Y es que a finales del 2023 se presentó el informe de Vigilancia VIH/SIDA en Europa 2022 publicado conjuntamente por la Oficina Regional para Europa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC). El resumen de este informe es sencillo: en 2022 se dieron más diagnósticos de VIH con los mismos casos de SIDA.
¿Tenemos clara la diferencia entre VIH y SIDA?
Sé que puede que a algunos de vosotros esta pregunta os parezca tonta, pero permitidme pecar de tonto intentando ser muy claro. El VIH es el virus de la inmunodeficiencia humana y el SIDA es el síndrome de la inmunodeficiencia adquirida. La relación entre estos dos elementos es que el contagio con el VIH puede dar lugar a la enfermedad SIDA. Es decir, puede llegar a manifestarse en la patología que supone una inmunodeficiencia. Básicamente lo que hace este virus es hacer que caigan nuestras defensas y eso es, en muy resumidas cuentas, el SIDA.
Pero debemos tener claro que no todo aquel que se infecta con el VIH llega a desarrollar el SIDA. Y esto es importante para entender el dato que nos muestra la encuesta de la que hablo en este artículo.
En 2022 se dieron más diagnósticos de VIH con los mismos casos de SIDA
Durante el año 2022, se produjo un aumento del 30% de los diagnósticos de infección por VIH que se notificaron en Europa. Hay que destacar que esta estadística es probablemente cierta, dado que el diagnóstico de esta infección es de declaración obligada en términos de números. Es decir, un laboratorio tiene que notificar el número de casos positivos que detecta.
Sin embargo, se mantienen los casos de SIDA y, además, bajan las muertes debidas a esta enfermedad. Si lo vemos con calma, esta es una gran noticia con al menos, tres implicaciones importantes.
Relación entre infección, enfermedad y muerte por infección por VIH
El que se haya detectado un incremento del 30% en el diagnóstico no implica necesariamente que se hayan dado más infecciones. En sentido estricto significa que se ha identificado a más personas infectadas. Para saber si han aumentado las infecciones, necesitaríamos poder comparar el número de pruebas realizadas, pero nos falta este dato. De modo que, seamos optimistas y entendamos este incremento como una mayor conciencia por parte de la población de testarse frente a este virus. Bien. Ante una práctica sexual (o laboral) de riesgo, siempre es recomendable hacerse la prueba. Recordemos, que sea PCR si esa práctica ocurrió hace poco.
Por otro lado, se mantiene el número de enfermos de SIDA. Es decir, en el caso de que ese mayor número de pacientes infectados represente un incremento real de infecciones, la consecuencia de esas infecciones en forma de SIDA no está siendo directa. Esto puede deberse al uso de terapias tempranas de choque, y/o a un mayor control sanitario de la infección.
Finalmente, tenemos una reducción de la mortalidad, y esto sí, indiscutiblemente, es una buena noticia. Es decir, a igual número de personas con SIDA, mueren menos. Esto incide en el hecho de que las terapias de mantenimiento son cada vez más eficaces, haciendo que el SIDA sea una enfermedad crónica y no letal como hace no demasiado.
Sin bajar la guardia, sigamos testándonos
Esto aplica a cualquier infección, ahora que tenemos la gripe y la COVID encima por la llegada del invierno. Tener un diagnóstico positivo es la herramienta esencial para poder poner un remedio. Y cada vez tenemos mejores remedios, de modo que, ¿por qué no testarse?
Y ante todo, cuidarse.
Autor: CArlos del Fresno, @arlosdel