Con motivo del Día Mundial de la Hepatitis que se celebra hoy día 28 de Julio, EMPIREO Diagnóstico Molecular, como empresa responsable, quiere hacer un repaso a las características más importantes así como a las consecuencias y el impacto de esta enfermedad en la actualidad. Prestamos especial atención a las hepatitis que se pueden considerar enfermedades de transmisión sexual (ETS) y que por tanto se pueden prevenir utilizando métodos de protección durante las relaciones sexuales.
La hepatitis es una enfermedad caracterizada por la presencia de células inflamatorias en los tejidos del hígado. Esta enfermedad puede cursar sin síntomas claros, particularmente en sus primeras fases, o por el contrario puede traer consigo entre otros, fatiga, pérdida de apetito, ictericia (coloración amarillenta de la piel), etc. Dependiendo de la gravedad de la hepatitis, esta puede ser aguda o crónica. Por un lado, la hepatitis aguda suele estar auto limitada, aunque puede derivar en crónica o menos comúnmente puede producir fallos agudos graves en el hígado. Por otra parte, la hepatitis crónica puede no provocar síntomas o acabar en cirrosis o fibrosis hepática.
Mundialmente, la hepatitis viral (causada por infecciones por diferentes virus) es la más común, seguida de la causada por el consumo excesivo de alcohol. También existen hepatitis con etiologías menos comunes como las enfermedades autoinmunes, la ingestión de productos tóxicos o los medicamentos. La hepatitis viral está causada por infecciones provocadas por virus hepatotrópicos siendo los más comunes, aunque no los únicos, los causantes de las hepatitis A, B, C, D y E.
Las muertes anuales por infecciones agudas, cirrosis y enfermedad de hígado causadas por hepatitis viral aumentaron un 65%, de 890000 en 1990 a 1,45 millones en 2013. Teniendo en cuenta que en 2013 murieron 1.3 millones de personas por VIH, 1.4 por tuberculosis y 855000 por malaria, sitúan a la hepatitis viral como una de las enfermedades infecciosas más mortales. De entre todas las hepatitis, las de tipo B y C son las causantes de más muertes en el mundo. En parte, esto se debe a que causan infecciones con escasos síntomas inmediatos y por tanto, los afectados no conocen su situación hasta que la enfermedad está muy avanzada, momento en el cual aparecen complicaciones graves que ponen en peligro la vida de estas personas. La potenciación de la vacunación frente al virus hepatitis B sería de gran ayuda para reducir de manera significativa las muertes por hepatitis virales.
Prevención de la Hepatitis
La organización mundial de la salud establece 3 niveles de prevención:
Prevención primaria
- Sensibilización a la población
- Disponibilidad de vacunas para el VHA, VHB y VHE
- Garantizar la seguridad de las donaciones de sangre
- Control de las infecciones
- Prácticas de inyección segura
- Prácticas sexuales seguras
- Reducción de daños en el consumo de drogas inyectables
- Seguridad en la alimentación y el agua
Prevención secundaria
El diagnóstico temprano es necesario para una intervención eficaz y para evitar la propagación del virus. Además, permite a las personas infectadas tomar precauciones para poder recuperarse con mayor rapidez como es evitar el alcohol y ciertos medicamentos con actividad hepatotóxica. Por otra parte, realizar pruebas de confirmación a los donantes de sangre y, en el caso de estar infectados, la posterior notificación y asesoramiento es una excelente oportunidad para brindar un diagnóstico y un apoyo médico temprano.
Prevención terciaria
Existen antivirales que han mostrado su efectividad contra el VHB y el VHC, aunque todavía no están accesibles para la mayoría de pacientes que viven con estas infecciones. Existen 3 antivirales (TDF, 3TC y FTC) que son eficaces para tratar simultáneamente el HBV y VIH, por lo que pacientes infectados con ambos virus pueden reducir la ingesta diaria de medicamentos. Recientemente han surgido algunos tratamientos muy efectivos contra el VHC aunque el acceso a estos es todavía limitado en numerosos países. Gracias a la investigación científica y médica hay medicamentos orales contra el VHC en fase de ensayo clínico, que constituirán la siguiente línea de tratamiento para acabar con esta enfermedad. Sin embargo, aún queda mucho trabajo para facilitar el diagnóstico y tratamiento en zonas del mundo con recursos limitados.
La hepatitis como ETS
La hepatitis B es una enfermedad causada por un virus perteneciente a la familia Hepadnaviridae y que es unas 100 veces más infeccioso que el VIH. Se puede adquirir al tener contacto directo con los líquidos corporales de una persona expuesta. Más concretamente, se puede transmitir compartiendo material de inyección de drogas o agujas no esterilizadas para hacer tatuajes, compartir aparatos de higiene personal (cepillo de dientes, maquinilla de afeitar) o durante las relaciones sexuales con personas infectadas sin el uso de preservativos. En el 90% de los casos la infección por este virus se resuelve después de la fase aguda y solo el 10% se cronifica. En la fase crónica la enfermedad puede derivar en problemas más importantes sobre el hígado como son la cirrosis y el cáncer de hígado.
Las principales formas de protección frente a la hepatitis B son la vacunación, el uso de preservativo durante las relaciones sexuales y evitar situaciones que faciliten el contagio.
La hepatitis C también es producida por la infección con un virus aunque en este caso el mecanismo de transmisión es diferente al del virus de la hepatitis B. Esta enfermedad se propaga a través de sangre infectada siendo las principales causas de contraer la hepatitis C la mala esterilización de material quirúrgico, el uso de agujas con sangre infectada y la transmisión madre-hijo durante el nacimiento. El contagio por vía sexual, es mucho menos frecuente que en la hepatitis B, ya que sólo representa en torno al 3% de los casos y se produce fundamentalmente cuando existe sangrado en el acto sexual. Además, se ha observado que en personas que viven con el VIH el riesgo de contagio con el virus de la hepatitis C es mayor que en personas sanas.
Globalmente, desde 2014, 184 países tienen incluida a la hepatitis B dentro de sus planes de vacunación, y un 82% de niños en dichos países ha recibido la vacuna frente a este virus. Esto supone un importante aumento con respecto a los inicios de esta vacuna en 1992 cuando solo 31 países incluían la vacuna de la hepatitis B en sus calendarios de vacunación. Por otra parte, se han implementado estrategias más eficaces y controles más exhaustivos para asegurar el estado de la sangre y componentes procedentes de donación sanguínea. Además, se ha incrementado la inversión en campañas de concienciación para informar sobre el peligro de compartir material de inyección en drogodependientes y sobre los beneficios del uso del preservativo para evitar contagios sexuales por el virus de la hepatitis B.
La organización mundial de la salud estima que el incremento de la prevención y de los tratamientos contra estas infecciones puede salvar del orden de millones de personas hasta el año 2030. También añaden que existen herramientas útiles para lidiar con estas enfermedades virales, que han sido ignoradas. Por ejemplo en los últimos tiempos, la OMS considera que las vacunas contra ciertas hepatitis virales no están demasiado promocionadas y siguen siendo poco accesibles en países subdesarrollados. Mundialmente hay unas 400 millones de personas infectadas por hepatitis B y C, 10 veces más que por VIH, de las cuales 1.45 millones muere cada año. La falta de conocimiento sobre estas infecciones hace que un gran número de personas en el mundo no sea diagnosticado ni tratado a tiempo, especialmente en países de Asia y África Subsahariana, por lo que la OMS llama a estas infecciones el “asesino silencioso”.
Diagnostico de Hepatitis por PCR
La PCR (de sus siglas en inglés, reacción en cadena de la polimerasa) es una técnica muy sensible para la detección de los virus causantes de la hepatitis B y C. El principio de esta técnica es amplificar exponencialmente un fragmento del genoma de estos virus para obtener un mayor número de copias lo que confiere la altísima sensibilidad de esta técnica. Dado que el material genético viral se puede detectar antes que los anticuerpos desarrollados a causa de la infección, la prueba por PCR es muy útil para realizar un cribado en personas que hayan estado recientemente expuestas al virus. También se puede utilizar para confirmar un resultado anterior o para el seguimiento de una terapia antiviral.
La PCR es de gran utilidad en personas que:
- Quieren hacerse la prueba pero para las que aún es pronto para hacerse otros tipos de pruebas como son los test de antígenos o la detección de anticuerpos. En este sentido, el virus puede detectarse entre 7 y 15 días después de la exposición al virus.
- Necesitan controlar los niveles de virus en sangre (carga viral) para evaluar la efectividad de los tratamientos antivirales.
- Confirmar resultados de otras pruebas dada su alta sensibilidad.
En el caso de la hepatitis C, la PCR es uno de los únicos medios para confirmar la infección aguda, determinar viremia en una infección crónica y para la identificación del genotipo del virus. Existen otros métodos útiles para identificar personas infecciosas y él para el seguimiento de la infección por el virus de la hepatitis B tras un trasplante de hígado como es la detección del antígeno de superficie.
En resumen, la hepatitis es una enfermedad de gran relevancia a escala mundial que afecta a más de 400 millones de personas en el mundo y que es más mortal que otras como el VIH o la malaria. Las hepatitis causadas por un virus son las más frecuentes, entre ellas las hepatitis B y C que además pueden ser consideradas como ETS. Sin embargo, la OMS considera que no se ha dado la suficiente importancia a esta enfermedad. En este sentido, a pesar de los avances científicos y médicos actuales, el diagnóstico y el tratamiento siguen siendo poco accesibles en países con menos recursos. En EMPIREO ofrecemos la tecnología de PCR más avanzada para el diagnóstico rápido y eficaz de dicha enfermedad. Un rápido diagnóstico es fundamental para iniciar el tratamiento de forma precoz y para evitar así posibles complicaciones graves.
La OMS ha fijado una serie de retos que cumplir para el futuro que son la reducción de los agentes causantes de las hepatitis virales, disminución de la morbilidad y mortalidad y las reducir las repercusiones socioeconómicas de esta enfermedad. Para su consecución es necesario incrementar la inversión en la sensibilización y prevención, potenciar la cooperación internacional, y hacer accesible el diagnóstico y tratamiento precoz especialmente en países con recursos limitados.
Fuente: OMS, UN news centre, MNT , NEJM
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Telmo Díez Pérez (estudiante del Grado de Ingeniería Biomédica de la Universidad Carlos III con Beca de prácticas Santander CRUE-CEPYME) supervisado por el Dr. Enrique Álvarez Gómez.