Suena fuerte, ¿verdad? La vanoxerina es un fármaco que se utiliza para combatir la adicción al consumo de cocaína. Su forma de actuar es inhibiendo una molécula implicada en el transporte de la dopamina. Y la dopamina es la sustancia química que genera las sensaciones de placer y recompensa. Sin embargo, un estudio publicado en la revista Nature Cancer ha revelado que este fármaco juega un papel completamente inesperado en el desarrollo del cáncer. ¿Qué relación tiene un fármaco frente a la cocaína y el cáncer? Veamos.
Células madre tumorales
Para empezar, necesitamos saber que para el desarrollo de tumores, son importantes unas células concretas llamadas células madre cancerosas. Se cree que estas células son responsables del desarrollo de tumores, especialmente, de aquellos resistentes a tratamientos como la quimioterapia. Los resultados de esta investigación muestran que la vanoxerina suprime la actividad de estas células cancerosas. Para llegar a esta conclusión, se probó en tejidos de pacientes con cáncer de colon, y también en tumores implantados en ratones.
En este tipo de tumor es importante encontrar nuevas formas de tratamiento, porque se trata la segunda causa de muerte por cáncer en el mundo, sobre todo por ser un “cancer silencioso”. Es decir, cuando aparecen síntomas que nos hacen preocuparnos, en muchas ocasiones, ya es demasiado tarde. De modo que tener nuevas alternativas representa una gran noticia.
Además, ¡parece seguro!
Tratándose de un fármaco, esto es esencial. Y es que el equipo de investigación observó que el tratamiento con vanoxerina no era tóxico a las concentraciones utilizadas. Y esto aplicaba tanto a tejidos sanos humanos como a ratones. De modo que los resultados de este trabajo pueden llevar a una forma segura de eliminar las células madre cancerosas en los tumores colorrectales sin dañar las ‘células madre buenas’ del cuerpo. Pero… ¿cómo se llega a probar la vanoxerina frente al cáncer?
“Reutilización de fármacos”
En la lucha contra el cáncer, podemos intentar muchos frentes. La quimioterapia y radioterapia son dos herramientas clásicas. La inmunoterapia, de la cual ya hemos hablado alguna vez aquí, supone un gran avance. También el desarrollo de nuevos fármacos, una vez entendemos por qué crecen y se desarrollan determinados tumores. De nuevo, el desarrollo de un nuevo tratamiento antitumoral es siempre una buena noticia, pero al ser nuevo, requiere de un ensayo clínico, lo cual puede llevar varios años.
Sin embargo, otra opción es reutilizar fármacos que ya están testados para una enfermedad, con lo cual, ya sabemos que son seguros. Es lo que denominamos reutilización de fármacos o “repurpoising” en inglés. La idea es sencilla. Cogemos una batería de drogas que ya se utilizan en pacientes para casi cualquier cosa, y se prueban en el laboratorio frente a líneas tumorales. Es decir, se tratan células tumorales en placas de cultivo con drogas al azar. Si se encuentra alguna que impide que las células tumorales crezcan… ¡¡bingo!!
Autor: CArlos del Fresno, @arlosdel