El dengue es una enfermedad infecciosa causada por el virus del dengue (muy original todo) que se transmite al ser humano por la picadura de mosquitos infectados. Habitualmente, se presenta en climas tropicales y subtropicales de África, América y Asia, donde llega a ser endémico. Sin embargo, los últimos datos indican que el dengue se ha vuelto una amenaza de salud pública para todo el mundo. De hecho, en los últimos años, se ha incrementado notoriamente la incidencia, detectándose esta infección en nuevas zonas. Y España, es uno de los países con un elevado riesgo. De modo que el dengue no está tan lejos.
Datos sobre el dengue
Según datos del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC), en el 2022 se registraron 71 casos de dengue en Europa. 65 de estos casos fueron notificados por Francia y 6 de ellos por España. Siguiendo con datos, España notificó brotes en 2018, 2019 y 2022.
Recordemos que el dengue no es endémico en Europa y la gran mayoría de los casos son viajeros que regresan infectados desde un país endémico. Si bien, en zonas de Europa donde el virus y el mosquito se ha establecido durante 20 años, pueden dar lugar a cierto endemismo.
¿Qué me hace pensar que pueda tener dengue? ¿Qué síntomas tiene?
La mayoría de los casos de dengue son asintomáticos. Se calcula que hasta en un 75 % de los casos. En caso de que se manifieste, aparecen síntomas como fiebre, exantema, cefalea y dolor muscular, síntomas que suelen terminar por sí solos. Sólo una minoría inferior al 5 % puede progresar y desarrollar una enfermedad grave con síntomas hemorrágicos y fallo multiorgánico, entre otros.
De hecho, cuando un paciente llega a la consulta con fiebre muy alta la pista clave para el médico es preguntar si viajó antes. Dado que el síntoma más directo es presentar fiebre, hay muchos dengues que posiblemente están pasando como COVID-19 y gripes. Por eso saber si el paciente ha estado en zonas de riesgo y zonas con presencia del mosquito es crucial
Las pruebas diagnósticas de esta infección se basan en la detección de material genético mediante la técnica de PCR. Si bien, también pueden buscarse antígenos del virus en sangre en las fases tempranas de la enfermedad. Por último, también se pueden detectar anticuerpos frente al virus. Todo esto ya nos suena de nuestra experiencia con la COVID-19.
Y si estoy infectado, ¿qué?
En la actualidad no existe un tratamiento específico antiviral con eficiencia demostrada para el dengue. De modo que lo que podemos hacer es actuar sobre los síntomas, que como he comentado, suelen ser leves. Existen vacunas preventivas, indicadas en ocasiones cuando estamos preparando un viaje a zonas endémicas.
Lo cierto es que lo más importante es aplicar una vigilancia activa. Si tenemos síntomas inespecíficos como los indicados y no logramos saber la causa, sería bueno valorar la posibilidad de que sea dengue.
De hecho, a nivel global existe un plan de control de esta enfermedad, contemplado en la denominada “Estrategia Mundial para la Prevención y el Control del Dengue 2021-2030” cuyo objetivo principal, entre otros, es reducir la tasa de letalidad del dengue al 0 % para 2030. Para alcanzar este objetivo el dengue debe ser reconocido como una amenaza global y no sólo de algunos países. Si nos creemos esto, se hace necesaria la colaboración mundial para reforzar la preparación y sobre todo la prevención.
Autor: CArlos del Fresno, @arlosdel