La eficacia de las pruebas de PCR cuantitativa, como cualquier método de diagnóstico, se determina a través de dos parámetros: sensibilidad y especificidad. La sensibilidad determina la capacidad de la prueba para detectar la infección en sujetos enfermos y se representa como el porcentaje de resultados positivos en pacientes infectados, es decir, estima la probabilidad de que la prueba identifique como enfermo a aquel que realmente lo está. Por otro lado, la especificidad indica la capacidad de la prueba para detectar la ausencia de la enfermedad en personas sanas expresada como el porcentaje de resultados negativos en pacientes que no padecen esa enfermedad, en otras palabras, da idea de la capacidad de una prueba para detectar correctamente individuos sanos.
Todas las pruebas diagnósticas tienen sus limitaciones, lo que provoca que sus valores de sensibilidad y especificidad varíen de unas a otras. Esto se debe a la aparición de resultados no válidos que nos proporciona la técnica, denominados falsos positivos y negativos. Los falsos positivos hacen referencia a aquellos casos en los que se identifica a un individuo como enfermo cuando en realidad está sano. Por otro lado, un falso negativo se produce cuando una muestra se toma como libre de infección cuando realmente no lo está. Los falsos negativos reducen la sensibilidad de la técnica, mientras que los falsos positivos reducen la especificidad.
La técnica de diagnóstico perfecta sería aquella capaz de identificar de forma absoluta los verdaderos casos positivos y negativos. De esta forma la prueba tendría tanto una sensibilidad como una especificidad del 100%. Pero esta situación ideal no es estadísticamente posible por una serie de diversos factores y tan solo se pueden conseguir aproximaciones a este valor.
En el caso de las pruebas de PCR cuantitativa usadas para la detección de VIH-1, aprobadas por la FDA y la Agencia Europea del Medicamento (EMA), los valores de sensibilidad y especificidad están por encima del 99% según los estudios de control de calidad realizados por las casas comerciales. Este tipo de análisis son necesarios para lanzar el producto al mercado con todas las garantías de seguridad de acuerdo a la normativa vigente. Estos valores de sensibilidad y especificidad indican que la probabilidad de obtener un falso positivo o falso negativo, respectivamente, es menor del 1%.
Es importante señalar que, junto a la alta sensibilidad de la PCR cuantitativa, está técnica tiene un límite de detección sobresaliente. En teoría, una sola copia del material genético del virus podría ser amplificada en una reacción de PCR. Sin embargo, en realidad, se establece un umbral inferior de detección (alrededor de 50 copias por mililitro) ya que por debajo de este límite podría obtenerse un falso negativo.
Hay que tener en cuenta que en las pruebas de PCR cuantitativa se evalúan en paralelo una serie de muestras control, que se comparan con la muestra problema para determinar que los resultados obtenidos son correctos. En este sentido, se utiliza una muestra que no contiene virus, otra con una concentración baja de VIH y por último una muestra con una carga viral elevada. Además, se debe señalar que todo resultado positivo, independientemente del tipo de prueba realizada, es verificado con un segundo test que descarta un posible falso positivo.
Existe otro parámetro que puede afectar significativamente a los resultados obtenidos por pruebas de diagnóstico de VIH: el periodo de ventana. Este es el tiempo que se debe esperar desde que se produce el contacto de riesgo hasta que se puede realizar el test con todas las garantías especificadas por el fabricante. Esta característica constituye una de las principales ventajas de la PCR frente a otras técnicas ya que puede reducir ese tiempo hasta las 72 horas después de la exposición.
Actualmente, el diagnóstico de VIH por PCR, también llamado NAT (de las siglas en inglés de Tecnología basada en Ácidos Nucleicos), no se utiliza en los sistemas públicos de salud como test de diagnóstico de rutina porque su uso es más caro que el de pruebas basadas en la detección de anticuerpos (como los ELISA o las pruebas rápidas). Sin embargo, estas pruebas de anticuerpos tienen un periodo ventana más largo y no deben de realizarse hasta pasados 3 meses de la exposición al virus. Cabe destacar que, cuando no se respeta este periodo ventana, el riesgo de obtener falsos negativos se incrementa de manera significativa, es decir la sensibilidad de la técnica en ese periodo es muy inferior al valor emitido por el fabricante.
En base a esto, hay que remarcar que en el caso de VIH resulta menos perjudicial obtener un falso positivo, que en realidad constituye un resultado provisional hasta la realización de la pertinente prueba confirmatoria, que un falso negativo donde el desconocimiento por parte del paciente de su situación real puede llevarle a participar en prácticas de riesgo y transmitir la enfermedad a otras personas. Además, la importancia de un diagnóstico precoz reside en la posibilidad de iniciar un tratamiento temprano antes de que aparezcan complicaciones derivadas de la infección y mejorar así la calidad y esperanza de vida del paciente.
Por tanto, las ventajas que aporta la PCR como método de diagnóstico para VIH hacen que este método sea utilizado de forma rutinaria en:
- El diagnóstico de bebés nacidos de madres VIH positivas, debido a que su sangre conserva anticuerpos frente al VIH de sus madres hasta los 18 meses de edad lo que interferiría con pruebas basadas en anticuerpos.
- Los bancos de sangre de la mayoría de países desarrollados, donde las donaciones son examinadas para detectar VIH mediante pruebas de PCR y descartar así infecciones recientes, que no serían detectables por pruebas de anticuerpos debido a su mayor periodo de ventana.
- El pronóstico de la enfermedad: la medida de la carga viral puede predecir cuánto tiempo una persona se mantendrá saludable, ya que cuanto mayor es la carga viral, la enfermedad progresa más rápido.
- La prevención: la carga viral da una idea del riesgo de transmitir el VIH a otra persona. Cuanto mayor es la carga viral, mayor es el riesgo de transmitir el VIH.
- La evaluación de la eficacia del tratamiento antirretroviral en personas VIH positivas.
Finalmente, cabe mencionar un ejemplo de relativa actualidad en el cual se ha utilizado la PCR cuantitativa como método diagnóstico y no es otro que la detección de casos de ébola en España en el Hospital Carlos III de Madrid, lo cual apoya el alto potencial de esta técnica en la detección precoz de infecciones.
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Empireo. Elaboración propia.