La ciencia es discusión. También en la investigación contra el coronavirus.
Entre otros muchos cambios que nos ha traído la pandemia causada por el coronavirus, está la alusión casi constante a la ciencia tanto por parte de nuestros políticos, como por los medios de comunicación. Esto es una buena noticia, ya que está permitiendo que la labor de los científicos sea más visible que nunca. Sin embargo, también está teniendo un efecto perverso, muy probablemente debido al uso partidista que nuestros políticos hacen de la labor científica. Oímos hablar de “la opinión de los expertos”, “hacemos lo que dicen los técnicos”, sin llegar a entender que la ciencia es discusión. Espera, espera, ¿cómo que la ciencia es discusión? Bien, voy a intentar, como científico que soy, explicarlo.
La discusión en la producción científica
El desarrollo de la ciencia se basa en el método científico. Este método funciona de la siguiente manera. El científico observa una realidad, un fenómeno. Después, se documenta sobre el mismo, estudia sobre ese fenómeno. Una vez que ha estudiado, plantea una hipótesis que cree puede funcionar para el fenómeno a estudio. Seguidamente, diseña un experimento que le permita comprobar si su hipótesis funciona o no y desarrolla ese experimento. Con los resultados de su experimento, discute acerca de lo que ha encontrado. Y destaco esto. Discute.
Si lo llevamos a la investigación en el coronavirus causante de la pandemia COVID-19, en concreto, al desarrollo de vacunas, aplicar el método científico se traduce en lo siguiente.
El científico observa que existe la infección y que surge la necesidad de generar una vacuna. Después, estudia sobre el coronavirus, se documenta de cómo es el virus, de cómo infecta, cómo reacciona nuestro cuerpo ante la infección. En este sentido, el científico estudia lo que se sabe, pero no puede estudiar lo que no se sabe. Parece una perogrullada, pero es importante decirlo. Porque en el caso del coronavirus es mucho más lo que no se sabe que lo que se sabe. Tras ese estudio, plantea una hipótesis acerca de que un tipo de vacuna, pueda ser efectiva contra la infección. Y con todo eso, diseña un experimento para probarla, que en este caso sería un ensayo clínico. Tras los resultados de cada una de las fases del ensayo clínico, el científico discute sus resultados para poder entender su aplicación.
De modo que todas las publicaciones científicas, y digo todas, tienen la misma estructura, compuesta de cuatro apartados: introducción, material y métodos, resultados y discusión. En la introducción se recogen las dos primeras fases del método científico (observación y documentación). El material y métodos y resultados describe la hipótesis a estudiar y el experimento que se diseña para comprobarla. Finalmente la discusión sirve para eso, para discutir tus resultados. Un ejemplo es el que hemos publicado en Empireo, recogiendo información acerca de la incidencia de la infección por coronavirus durante el confinamiento de primavera.
Y, ¿por qué tanta discusión en ciencia?
La ciencia es dinámica. Existen muchos procesos que conocemos hoy, que no conocíamos hace 20 años. O incluso, hoy sabemos que la ciencia estaba equivocada en cómo funcionaban algunos procesos hace 20 años. Esto se debe a que el avance científico, permite tener técnicas más precisas, nuevas herramientas y nuevos enfoques de investigación, siempre gracias a la discusión.
Por que en ciencia, la discusión no se entiende como “yo llevo razón y tú no”. Este es el tipo de discusión que vemos hoy en nuestros políticos. La discusión científica se entiende como “esto es lo que interpreto que dicen mis resultados y lo comparo con lo que dicen otros científicos”. Es una discusión crítica y constructiva, en un intento de avanzar. Nunca es una discusión cerrada a que “mi opinión es la que vale”.
El mensaje que pretendo lanzar con este post, es que es normal que haya distintas posiciones científicas acerca de qué hacer con el coronavirus. Por ejemplo, hay distintos tipos de vacunas en marcha, aunque todas pretendan protegernos contra la COVID-19. El que haya distintos tipos, se debe a que diferentes grupos científicos, están formulando distintas hipótesis según el método científico descrito anteriormente.
Por más que lo intenten, no hay un pensamiento científico de un partido político o de otro. El pensamiento científico es crítico y discute. Discute para avanzar. Discute porque manejamos procesos desconocidos que intentamos entender. La discusión nos permite avanzar. Y existe discusión porque hay distintas versiones. Pero es no es malo. Eso permite el avance. No dejemos que visiones partidistas distorsionen la necesidad de discutir. Especialmente en algo de lo que sabemos en realidad tan poco, como es la infección por el coronavirus SARS-CoV-2.
Autor: Dr. CArlos del Fresno Sánchez; @arlosdel