En un reciente estudio publicado la revista PLOS Medicine y realizado por un grupo de investigadores de la Universidad de Standford en EEUU, se ha llegado a la conclusión de que las resistencias desarrolladas por el VIH frente a inhibidores de la transcriptasa inversa no nucleósidos (NNRTI, de sus siglas en inglés) e inhibidores nucleosidos de la transcriptasa inversa (NRTI, del inglés) son debidas a un número limitado de mutaciones en el genoma del virus. Además, la mayoría de las variantes resistentes del VIH-1 a estos medicamentos que se transmiten actualmente en el África subsahariana y en el sur/sureste de Asia surgieron de manera independiente.
Estos resultados tienen implicaciones para la vigilancia y control de transmisión de resistencias. Esto es así dado que hay un pequeño número de mutaciones de resistencia frente a NNRTI que son las responsables de la gran mayoría de las resistencias de alto nivel a estos fármacos. Por tanto, la detección de estas mutaciones específicas de alta prevalencia en la población, permitirían identificar pacientes portadores de estas variantes de VIH antes de iniciar la terapia.
Además, el hecho de que la mayoría de las cepas resistentes de VIH han surgido de forma independiente y no como resultado de diferenciación a partir de cepas endémicas sugiere que se podría reducir la generación de nuevas variantes resistentes mediante el uso adecuado de terapias antirretrovirales que no generen fácilmente resistencias. En este sentido, también se debe de trabajar en mejorar la adherencia de los pacientes al tratamiento en estos países.
Un dato interesante es que, aunque los programas de tratamiento nacionales en el África subsahariana y en el sur/sureste de Asia se han intensificado de forma espectacular desde el año 2000, la prevalencia de las cepas de VIH resistentes a fármacos no ha aumentado tanto como se temía.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores estudiaron 50870 secuencias individuales de virus obtenidos de personas infectadas por VIH de 111 países. El análisis de las secuencias revelo la presencia de 93 mutaciones asociadas a resistencia a fármacos, que previamente se habían mostrado como indicadores específicos de transmisión de resistencias.
Los investigadores encontraron que la prevalencia global de transmisión de resistencias varió desde el 2,8% en el África subsahariana hasta el 11,5% en América del Norte. Tras la implantación de nuevas terapias antirretrovirales en el África subsahariana, la probabilidad de transmisión de resistencias se incrementó a un ritmo de 1,09 veces por año, debido al aumento de resistencias a NNRTI y NRTI. Sin embargo, en países del sur/sureste de Asia se mantuvo sin cambios tras la ampliación de las terapias antirretrovirales. Otras conclusiones del estudio indican que, desde 1995, la transmisión de resistencias a NNRTI, pero de resistencias a NRTI, aumento en América Latina/Caribe, Norte de América, Europa y en países asiáticos de ingresos altos.
Un dato importante es que, sólo cuatro mutaciones de resistencia frente a NNRTI y 16 frente a NRTI explicaron la mayoría de las trasmisiones de resistencias frente a estos fármacos. Además, en África subsahariana y el sur/sureste de Asia, sólo el 5% de los virus resistentes a los medicamentos estaban estrechamente relacionados entre sí, lo que sugiere que la mayoría de las cepas en estas regiones surgieron de forma independiente.
Con este estudio se demuestra que el análisis de las secuencias del virus en pacientes con VIH es fundamental en la vigilancia de transmisión de resistencias ya que aporta información sobre la epidemiología molecular de la transmisión de las mutaciones de resistencia a fármacos específicos.
Fuente: Plos Medicine
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