Se ha desarrollado un nuevo fármaco frente a VIH, el virus que causa el SIDA, que ha demostrado una alta eficacia en gran parte de las variantes de este virus y que podría funcionar como parte de una vacuna convencional.
La investigación recientemente publicada en el prestigiosa revista Nature, ha sido llevada a cabo por científicos de más de una docena de centros de investigación punteros a nivel internacional coordinados por Michael Farzan del centro de investigación The Scripps Research Institute en California (USA). El estudio muestra que el nuevo medicamento, denominado ECD4-lg, bloquea cepas de VIH1, VIH2 y del virus de la inmunodeficiencia de simios (VIS). Su eficacia es tan elevada que es capaz de bloquear las variantes más agresivas del virus. Confiere protección frente a dosis mucho mayores del virus de las que habitualmente son necesarias en la mayoría de las transmisiones entre humanos y además su acción se prolonga al menos durante ocho meses después de administrarse el fármaco.
Los investigadores indican que el nuevo compuesto es el inhibidor de VIH más potente desarrollado hasta la fecha. En este sentido, hasta ahora, los anticuerpos fallaban para neutralizar un amplio rango de cepas de VIH. Sin embargo, el ECD4-lg muestra ser eficaz contra todas las cepas ensayadas, lo que aumenta la posibilidad de este sea una alternativa eficaz contra el VIH.
¿Cómo actúa el ECD4-lg?
Cuando el VIH entra en el organismo, se dirige hacia unas células clave del sistema inmunológico llamadas linfocitos T CD4. El virus se une a estas células a través de unas proteínas localizas en su envuelta, fusiona las membranas e inserta su propio material genético en la célula. Una vez dentro, el virus ha desarrollado mecanismos para manipular las maquinarias moleculares de la célula para hacer de ella una factoría viral que produzca nuevos virus.
En su entrada, el virus utiliza como receptor la molécula CD4, pero necesita de otras proteínas para entrar en la célula, los llamados correceptores. Este estudio se basa en el hecho, previamente descrito, de que a región de unión con el VIH en el correcptor CCR5 varía poco frecuentemente y que por tanto proteínas con similitud a esta región podrían ser utilizadas para bloquear la entrada del virus. En este sentido el ECD4-lg se une de forma simultánea a dos sitios en la superficie del virus, lo que permite bloquear la infección por VIH. Lo que diferencia a este nuevo medicamento con los anticuerpos neutralizantes es que simula el correceptor utilizado por el virus y esto dificulta la generación de variantes resistentes que escapen al medicamento.
Además en este trabajo se ha mejorado la manera en la que se hace llegar el medicamento, que lo hace a través de un virus adeno-asociado creado por ingeniería genética. Este virus de pequeño tamaño es relativamente inocuo y no causa enfermedad. El virus adeno-asociado entra en determinadas células del organismo y dentro de ellas es capaz de producir la proteína ECD4-lg lo que puede proporcionar protección por largo tiempo.
El medicamento se probó en el laboratorio y se observó que se unía a la envoltura de VIH de forma mucho más potente que los anticuerpos ampliamente neutralizantes contra el virus utilizados hasta la fecha. ECD4-lg se probó en monos y se observó que los animales quedaban protegidos frente al virus incluso 40 semanas tras la administración del medicamento. Además, se sometieron estos animales a dosis de virus hasta 16 veces superiores a lo normal y el medicamento seguía siendo efectivo en el bloqueo de la infección.
Por último, los autores sugieren que, como ECD4-lg está basado en una proteína que varía muy poco es más complicado para el virus mutar y así escapar de la acción del medicamento, en comparación con las estrategias que se habían utilizado hasta ahora en el desarrollo de vacunas frente VIH.
Los correceptores de VIH han mostrado hace poco ser claves para una cepa de VIH altamente patogénica encontrada en Cuba y que es capaz de desarrollar SIDA en solo 3 años. Puedes leer un comentarío de este artículo científico pinchando aquí.
Fuente: Nature