De entrada, todos podríamos pensar que tanto hablar de bacterias como de tumores… mala cosa. Sin embargo, deberíamos “quitarnos” esa idea de que las bacterias son malas, partiendo de la idea de que sólo en nuestro cuerpo hay 10 veces más bacterias que células humanas. Y es que, por ejemplo, nuestro intestino está lleno. Entonces, las bacterias no son tan malas, vale… pero sacarle algo bueno a los tumores está complicado. Bueno, mirando el lado bueno de las cosas, os presento un trabajo que acaba de salir en la revista Science, en la que han conseguido generar bacterias que detectan tumores. ¿Y eso para qué? Pues para llevar hasta esos tumores drogas y para alertar a nuestro sistema inmunológico. Veamos cómo lo han hecho.
¿Cómo detectamos al tumor?
Esta pregunta que parece tan sencilla es una de las más complicadas a día de hoy en oncología. Cuando digo detectar, no me refiero a ver al tumor, porque para esto tenemos técnicas de imagen excelentes. Me refiero a ser capaz de diferenciar una célula normal de una tumoral. Porque la célula tumoral no es más que una de nuestras propias células, que se ha vuelto loca, y no para de crecer.
La clave está en saber por qué se ha vuelto loca. Las responsables son mutaciones. Las mutaciones son cambios en el ADN, en el material genético que hacen que las células se dupliquen sin control. Si somos capaces de identificar el ADN mutado de una célula tumoral, sabremos que a esta deberíamos eliminarla, y no a la que está al lado que no tiene ninguna mutación. Esto dicho así, no es nada fácil en la práctica.
La bacteria detecta mutaciones
Tal cual. El gran logro de este trabajo es generar una bacteria que se muere cuando detecta un ADN que no está mutado. Sin embargo, si detecta uno mutado, sobrevive. ¿Cómo lo han hecho funcionar? De momento en ratones, aplicaban la bacteria por vía rectal y daban a los ratones un antibiótico que eliminaría esta bacteria. Pero si en ese ratón había un tumor de colon con ADN mutado, la bacteria se hace resistente al antibiótico y sobrevive. De manera que tenemos la forma de que nuestra “herramienta” bacteriana se mantenga en el caso de que se encuentre un tumor con ADN mutado.
Una vez que la bacteria ha detectado al tumor, se han testado dos formas de actuar contra él. La primera, es que la bacteria puede ir “cargada” de una droga antitumoral que sólo liberará si está viva. Por ejemplo, podría cargarse con una quimioterapia, de modo que actuaría directamente en el tumor. Pero, además, la bacteria activaría al sistema inmunológico, a las propias defensas del organismo. Con esto, tendríamos una forma de que estas defensas atacaran sólo cuando aparezca un tumor que sea detectado por la bacteria. Y así se cerraría el círculo.
¿El siguiente paso?
En el trabajo publicado se ha probado la bacteria en cultivos celulares de laboratorio y en ratones. Un siguiente paso sería pasar a probarla en pacientes con tumores. Aquí la cosa se empieza a complicar, porque tenemos que encontrar la mutación que tiene ese paciente y que sea la que reconoce la bacteria. Pero podría solventarse con un análisis genético previo en una biopsia. Idealmente, si ese tumor fuera “raro” en cuanto a las mutaciones que tiene, se podría hacer una bacteria específica para ese paciente, en lo que llamamos medicina personalizada. Pero eso de momento, es sólo una posibilidad.
Recordemos que el paso previo a que un medicamento llegue a pacientes es un ensayo clínico, en el que lo primero es probar que ese medicamento es seguro. Los resultados iniciales de esta bacteria en ratones son prometedores, pero llevarlo a pacientes requerirá algún tiempo.
En cualquier caso, esta noticia supone tener una nueva herramienta frente al cáncer.
Fuente: Science
Autor: CArlos del Fresno, @arlosdel