Las bacterias están en todas partes. Para bien y para mal. Esto es algo que algo que a veces, no tenemos en cuenta cuando pensamos en enfermedades que aparentemente no tienen que ver con infecciones. Por ejemplo, en el caso del cáncer. Pues bien, un estudio publicado en la prestigiosa revista Cell demuestra que pueden encontrarse determinadas bacterias en tumores, concretamente en tumores metastásicos. Es decir, en tumores que se generan en un órgano alejado de donde se generó un tumor primario. Esto es importante, porque en la actualidad, la metástasis es el verdadero desafío en los tratamientos antitumorales. Vale, ahora sabemos que hay bacterias en metástasis… ¿y qué?
“Infección” natural
Es importante destacar que nuestro organismo está plagado de bacterias en condiciones normales. Se calcula que portamos diez veces más bacterias que células humanas. Pero normalmente, asociamos la presencia de estos microorganismos con el intestino, ya que las bacterias contribuyen a nuestra digestión. De hecho, cada vez se presta más atención a estos “vecinos”, y el término “probiótico” aparece continuamente en publicidad.
Sin embargo, la tendencia es a pensar que nuestro organismo es “estéril”. Es decir, que fuera de los órganos o sistemas en los que esperamos tener bacterias, como el intestino o la piel, no esperamos encontrar a estos agentes bacterianos. Si los encontramos, o bien, hablamos de una infección, o se trata de algún tipo de tratamiento experimental.
Lo que muestra este estudio es que las metástasis están pobladas con determinados tipos de bacterias. Como curiosidad, bien, pero ¿hacen algo? Pues parece ser que su presencia es más importante de lo que podamos pensar.
Implicadas en la respuesta a inmunoterapia
En este trabajo, los investigadores pudieron secuenciar 4.000 tumores, evaluando el material genético tanto del propio paciente, como de las posibles bacterias que colonizaban ese tejido. De esta forma, pudieron relacionar las respuestas a los tratamientos administrados a los pacientes con el tipo de bacterias encontradas.
Lo llamativo fue encontrar patrones concretos de bacterias en función de la ubicación de la metástasis en el cuerpo y el tipo de cáncer. Además, estos patrones se relacionaban con la mejor o peor respuesta del paciente a sus tratamientos, sobre todo, a la inmunoterapia. Y lo que quizá fue más curioso. Cuanto más diversa es la población de bacterias detectadas, más activas son las células tumorales y peor pronóstico en el paciente.
Es decir, las bacterias juegan un papel en la progresión del cáncer y su tratamiento.
Y ahora, ¿qué?
Estos hallazgos abren la posibilidad a plantearse nuevos tratamientos. Por que sabiendo que hay bacterias en las metástasis, ¿podríamos pensar en tratamientos antibióticos para tratar el cáncer? Ojo con esto. Sabemos que tenemos que hacer un uso racional de esta herramienta terapéutica. Pero puede que la combinación de la eliminación de estas bacterias con los tratamientos basados en inmunoterapia sea un tipo de terapia antitumoral en el futuro.
Autor: CArlos del Fresno, @arlosdel